UNE HISTOIRE FAITE DE PASSION, DE TRAVAIL, DE RESPECT
La historia de Stefano Albrigi y de su empresa comenzó hace mucho tiempo, en 1954, cuando el padre de Stefano, Luigi, comenzó su propia actividad.
Stefano crece en un ambiente donde el espíritu empresarial es fuerte, combinando la observación del trabajo diario en un taller mecánico con una pasión personal por las bodegas y el vino. Pasión que lo lleva, aún en su juventud, a pasar gran parte de su tiempo libre estudiando el trabajo de enólogos y vinicultores, intentando comprender aquellos secretos que hacen de la Valpolicella uno de los territorios con mayor vocación vinícola en el ámbito nacional.
Después de haber vivido algunas experiencias profesionales en otras empresas, Stefano regresa a la empresa de su padre, llevando un viento de innovación. Pero su empuje no puede agotarse aquí, y lo lleva, en 1989, a establecerse por su cuenta, poniendo en buen uso los conocimientos adquiridos, con el objetivo de crear plantas de alta calidad.
Una historia que comenzó lejos en el tiempo, pero cercana en el espacio: Albrigi Tecnologie nace junto a Albrigi Luigi, en Stallavena di Grezzana.
Stefano, centrándose en la innovación, la calidad y la atención por los detalle, lleva rápidamente a Albrigi Tecnologie a convertirse en una marca conocida en todo el mundo; con el tiempo, la empresa se transforma, evoluciona. No solo en los procesos de producción, en la organización, en la formación continua de su personal y en la atención a los clientes. Junto con una amplia gama de productos para el sector enológico, Albrigi crea plantas cada vez más articuladas y personalizadas para sectores en los que la calidad del producto y los acabados representan elementos imprescindibles. Y así es como nacen las plantas específicamente dedicadas a las industrias: alimentaria, química, farmacéutica, cosmética, aceitera, bio y nanotecnológica y petroquímica.
Hoy, Albrigi, con una estructura operativa de 18.000 metros cuadrados (4.000 de los cuales cubiertos), cuenta con 50 empleados, divididos entre oficinas y departamentos de producción, y enfrenta con el entusiasmo y la determinación que caracterizan a su fundador los desafíos y oportunidades que un mercado abierto al mundo puede ofrecer.
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“Una empresa nace y se desarrolla gracias a las enseñanzas, la experiencia y el ejemplo dados por aquellos que nos precedieron y por aquellos que, en particular, comparten los objetivos y propósitos en la actualidad.”